jueves, 29 de octubre de 2009

¿Por que La Bernalesa?




¿POR QUE? “LA BERNALESA”


El pasado 22 de agosto de 2009, seiscientos compañeros militantes de distintos puntos del país y distintos espacios políticos del Campo Nacional y Popular, nos convocamos en plenario por comisiones para evaluar autocríticamente el resultado electoral, analizar la coyuntura nacional e internacional, discernir acerca de las perspectivas y probables cursos de acción y comprometernos en la construcción de un espacio de unidad que nos permita sostener y profundizar el actual modelo productivo con distribución de la riqueza, iniciado en el 2003 por el compañero Néstor Kirchner y continuado por la compañera Cristina Fernández de Kirchner.

Durante el mismo, nos sentimos acompañados con la presencia en la memoria y en el corazón, de nuestra Inmortal Compañera Evita, los Héroes de Trelew, Felipe Vallese y los treinta mil compañeros desaparecidos, así como también de todos los caídos en la larga lucha del pueblo por la Liberación Nacional.

Decidimos hacerlo en el edificio de lo que fuera una de las más grandes industrias textiles, “La Bernalesa”, porque desde ese lugar, sus trabajadores libraron y lideraron luchas decisivas durante la década del 70, como la “Coordinadora de Gremios en Lucha” contra el saqueo al pueblo que fue, por entonces, el “Rodrigazo”; y porque pusimos el plenario bajo advocación de dos grandes militantes de la JTP, que trabajaron allí: “Tito” Taverna, delegado sindical, y Néstor De Vincenti (Paco “Chacarita”) que era el responsable sindical de esa textil; los que fueran acribillados cerca de la Villa Itatí. Allí murió Tito y Paco pudo huir herido, pero meses más tarde sería secuestrado junto a su compañera. A partir de su desaparición, su madre, Azucena Villaflor iniciaría, sin proponérselo, la más épica y monumental resistencia a la dictadura militar, como la fundadora y abanderada de las Madres de Plaza de Mayo.

Confluimos viejos militantes de la década del setenta con los jóvenes militantes de base que han nacido a la política, más que por convencimiento ideológico, por una necesidad de inclusión social, resabio de la década Menemista, las 10 comisiones se armaron, de modo tal que el último dígito de la acreditación correspondiera al número de comisión donde trabajaría cada compañero. Así pues, la composición de las comisiones garantizaba la distribución heterogénea de los asistentes. Ya en el desarrollo de las mismas, fue muy alto el nivel de participación de los compañeros y muy similares los diagnósticos a los que se arribaron, tanto, como homogéneas fueron las necesidades protagónicas y las propuestas orgánicas frente al avance de la derecha en toda América Latina.

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